¿Apego o sobreprotección?
«Tus hijos no tendrán éxito gracias a lo que hayas hecho por ellos, sino gracias a lo que les hayas enseñado a hacer por sí mismos» (Ann Landers)
La autonomía es una habilidad necesaria para la vida. Cuando sobreprotegemos a los niños estamos impidiendo que desarrollen ciertas capacidades.
¿Cuál es el límite entre el apego y la sobreprotección?
El apego es el vínculo afectivo que el niño establece con sus primeras figuras de referencia (padres/madres/cuidadores). El psicólogo Jay Belsky nos dice que el tipo de interacción ejerce una influencia más poderosa que el temperamento del niño.
El apego seguro permite:
- La interacción con su figura pero no de manera constante.
- Ser accesibles y receptivos ante las señales del niño.
- Colaborar en situaciones de peligro, no evitar la situación sino dar apoyo cuando algo malo ocurre.
- El niño explora el entorno con confianza y seguridad.
La sobreprotección
Sobreproteger es cuidar en exceso al niño para evitar que sufra algún daño, siendo el adulto quien se encarga de todo.
¿Qué consecuencias tiene?
- No da lugar a que aprenda de sus errores.
- Desarrolla un sentimiento de inseguridad.
- No hay oportunidad de desarrollar la autonomía ni la responsabilidad
- Crea mayor dependencia.
- No aprende a valerse por sí mismo ni a confiar en sus capacidades.
¿Qué podemos hacer? Fomentar un apego seguro
El apego seguro es resultado de la capacidad de los padres de ofrecer cuidado, protección, atención y empatía durante la infancia. El establecimiento de este apego influirá en el futuro del niño.
Éstas son las actitudes parentales que sí fomentan un apego seguro:
- Buena expresión de afecto y contacto visual.
- Conocer sus emociones y responder ante ellas hará que se sienta comprendido y atendido.
- Pasar tiempo de calidad juntos
- Fomentar su autonomía
- Poner límites y normas adecuadas a su edad y capacidades
- Ser coherentes con el propio comportamiento
Algunos consejos para llevar a cabo éstas pautas son:
- Establecer tareas según la edad: hacer la cama, prepararse solos su mochila.
- Dejar que cometan errores y que aprendan de ellos.
- Ayudarles a crear soluciones a los problemas
- Reflexionar con ellos sobre las consecuencias de sus actos.
- Elogiar cada esfuerzo.
- Dejar que exploren el entorno.
Es comprensible que queramos evitar daños a los niños o que nuestros miedos no nos dejen darles esa independencia.
Los niños necesitan aprender por ensayo y error, enfrentarse a los problemas y crear soluciones y tener tareas y metas a cumplir. Todo esto les ayudará a desarrollar habilidades y les hará más felices
