La importancia del tiempo libre y las funciones ejecutivas
Una investigación realizada por Frontiers in Psychology muestra que las actividades no estructuradas (tiempo libre) pueden mejorar el funcionamiento ejecutivo en niños; planificación, organización y atención.
Esta investigación nos habla de una situación bastante cotidiana por la todos los que conviven con los más pequeños han pasado:
“¿Por qué los niños pequeños a menudo olvidan o se niegan a ponerse un abrigo antes de salir de casa en un día nevado?”
Cuántas veces hemos repetido eso de ¡Ponte el abrigo antes de salir! o Ni se te ocurra salir sin abrigarte.
Pues bien, la acción de ponerse una chaqueta puede parecer frustrantemente obvia para nosotros los adultos, pero ésta simple decisión conlleva la secuencia de varias conductas. ¿Y qué pasa con los niños? Para ellos requiere mayor esfuerzo, deben tener en cuenta varias cosas antes de llegar a ponerse el abrigo: en su repertorio de metas deben incluir la meta de mantenerse abrigado la cual aún no es relevante para ellos al estar en una casa cálida. Deben inhibir la necesidad de continuar con una secuencia regular de tareas (ponerse los calcetines, los zapatos y salir por la puerta) y, en su lugar, cambiar su rutina para incluir algo nuevo (sacar su chaqueta del armario).
Para llevar a cabo esta serie de acciones, los niños necesitan desarrollar previamente las funciones ejecutivas y los procesos de control cognitivo que regulan el pensamiento y la acción dirigida a objetivos.
Bueno, pero ¿qué tiene que ver todo esto con el juego y el tiempo libre?
Por medio de actividades no estructuradas se fomenta la habilidad de la autodirección, necesaria para otros ámbitos del día a día. De esta manera aprenden a dirigir sus conductas y asimilar secuencias para no depender tanto de estímulos exteriores, como un adulto recordando constantemente que se tiene que poner el abrigo antes de salir.
Por medio del juego y de actividades que ellos eligen en su tiempo libre, se plantean objetivos y los llevan a cabo durante una tarde entera. Veamos un ejemplo: el niño que tiene varias horas libres por delante y cuya afición es la lectura puede desarrollar varios objetivos; “primero leeré este libro que tanto me gusta, luego haré un dibujo sobre el libro y luego les enseñaré a todos mi dibujo”. Muchos niños tienen instaurados este tipo de acciones, pero también podemos fomentar esta práctica para que sean ellos mismos quienes establezcan objetivos en su tiempo libre.
Muchas veces los niños hacen cosas que nosotros damos por hecho, pero que quizás ellos aún no tengan la capacidad de comprender ya que están en pleno desarrollo. El tiempo libre es esencial para que desarrollen habilidades que en otros ámbitos no tienen la oportunidad de desarrollar.
En el colegio y en las actividades extraescolares, la mayor parte del tiempo las tareas y los tiempos les vienen dados por los profesores. Sin embargo, durante su momento de juego libre, ellos pueden controlar el tiempo, organizar y planificar las metas y los objetivos, desarrollar la memoria, la creatividad y la atención. Además, el tiempo libre les aporta diversión y un verdadero entretenimiento.
Link al artículo de la investigación:
-> https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2014.00593/full
¡Esperamos que os haya gustado el artículo!