El TDAH en la infancia
¿Qué es? ¿Causas? Consejos para padres y profesores
«Cada niño es diferente»
Se trata del Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad. Este trastorno es neurobiológico y se manifiesta con síntomas de intención, hiperactividad e impulsividad antes de los 12 años de edad. El diagnóstico se realiza a partir de los 6 años.
Éstos son algunos síntomas más frecuentes:
Inatención
- Dificultad para hacer una misma tarea de larga duración o monótona
- Les cuesta terminar acciones rutinarios y ser organizados
- Distracción ante cualquier estímulo del entorno
- Suelen olvidar materiales o perder objetos
Hiperactividad
- Dificultad para permanecer sentados mucho tiempo
- Suelen hablar sin parar y ser ruidosos; canturrean, dan golpecitos
- Alta actividad motora
Impulsividad
- Impulsividad motivacional
- Les resulta difícil no hacer lo que les apetece o lo que se les ocurre
- Regular emociones y desinhibición emocional: impaciencia, rapidez para enfadarse.
- No valoran las consecuencias de sus actos o sus respuestas hasta pasado un tiempo
- Les cuesta esperar su turno en juegos o deportes
- Dificultad para ser constantes y establecer relaciones estables
¿Cuál es su causa?
Su origen es biológico. No tiene una única causa sino que puede darse por múltiples causas de diferente tipo. Las más importantes son:
- Genética: que el padre o la madre tengan TDAH, multiplica por 8,2 el riesgo a tenerlo.
- Anomalías estructurales y funcionales en el cerebro.
- Problemas en el nacimiento como el bajo peso al nacer.
- Problemas psicosociales como conflictos o adversidades.
- Consumo de tabaco y/o alcohol durante el embarazo.
- Lesiones graves en la cabeza y exposición a toxinas del medio ambiente.
¿Cuántos tipos hay?
Se pueden distinguir tres tipos en este trastorno ya que, en cada uno, predomina una característica cognitiva. No obstante, debemos saber que los síntomas deben estar presentes en un grado de cantidad, intensidad y duración en la vida del niño. Los tipos existentes son:
- Inatento: síntomas mayoritarios de falta de atención.
- Hiperactivo-impulsivo: síntomas predominantes de hiperactividad-impulsividad.
- Combinado: mezcla de síntomas de falta de atención con síntomas de hiperactividad-impulsividad.
Por último, es bueno recordar que muchos síntomas pueden asemejarse a este trastorno pero no refieren a TDAH.
El otro lado del TDAH: No todo es negativo.
Estos son los aspectos potencialmente positivos:
Por otro lado, si se ayuda a controlar y gestionar los aspectos negativos, pueden darse ciertas ventajas:
- Cualidades positivas no siempre potenciadas por el entorno.
- Muestran gran capacidad de trabajo en lo que les motiva.
- Son personas implicadas, creativas, a menudo son bromistas y sensibles al sufrimiento ajeno.
- Tienen mucha energía y se entusiasman con facilidad
- Prueban cosas, están abiertos a nuevas ideas
- Hiperfoco en una tarea que les motiva y les apasiona
- Persistentes en aquello que les motiva de verdad.
Con todo esto, es bueno ayudar a compensar éstas características con algunos déficit propios del TDAH como dificultades en fechas límite o plazos, ya que así pueden llegar a ser muy productivos.

Consejos para padres con niños con TDAH. ¡Mejoramos en familia!
A través de un abordaje adecuado se pueden dar estrategias que faciliten el día a día del niño en todos los ámbitos de su vida y se potencien estos aspectos positivos:
- Estructurar el día: Un ambiente estructurado puede facilitar:
- Una mayor organización de sus tareas cotidianas.
- Que sea más predecible.
- Mayor simpleza para que el niño pueda crear rutinas evitando descuidos innecesarios.
- Para conseguir su colaboración y evitar la desobediencia:
- Dar órdenes e indicaciones de una en una.
- Descomponer peticiones amplias en tareas más sencillas: hacer la cama, recoger los juguetes, llevar la ropa sucia al cesto…
- Dar indicaciones concretas.
- Pedirle al niño que repita la indicación que se le acaba de dar para cerciorarnos de que la ha entendido.
- Siempre que se pueda hacer las peticiones en positivo. Ej: En vez de decirle al niño que no grite podemos pedirle que intente hablar más bajito.
- Fomenta lo bueno de tu hijo: puede ayudar a fomentar su autoestima y ser una herramienta para enfrentarse a las dificultades.
- Dejar transcurrir el menos tiempo posible entre una acción y su consecuencia, ya sea positiva o negativa. De esta manera el niño podrá asociar de forma correcta antecedente y consecuente.
- Los aprendizajes están por encima de las notas: Las expectativas de los padres con respecto a la obtención de buenas calificaciones académicas por parte de sus hijos puede provocar en ellos frustración y baja autoestima si no lo consiguen. En niños con TDAH este aspecto es más relevante ya que ellos presentan manifiestas dificultades que afectan a sus procesos de aprendizaje.
- Eliminar las etiquetas: Si a un niño que tiene un comportamiento inadecuado lo catalogamos de malo, esa etiqueta a la larga será aceptada por todos, sus compañeros. los adultos e incluso el propio niño. Por ello es preferible centrarse en la conducta que queremos corregir e intentar reformularla en positivo.
- Planificar situaciones complicadas: Trabajar y comentar con nuestro hijo lo que se espera de él en determinadas situaciones concretas puede ayudar a que sepa cómo reaccionar y comportarse ante ellas y que por tanto pueda mejorar su conducta.
De manera general, es bueno recordar:
- Motivar y animar al niño. Recordarles que son capaces de alcanzar sus metas.
- Generar una lista de distractores.
- Ayudarles a entender qué les pasa. Empezar a generar conciencia y alternativas.
- Fomentar la organización implementando el uso de agendas, horarios, rutinas, alarmas, pizarras…
- Agendas de uso diario/semanal.
- Grupos pequeños de trabajo.
- Tomar apuntes.
- Programar sus planes/actividades.
- Usar la creatividad en lo que no les gusta hacer.
- Hacer descansos o meditación para ayudar a que se relajen y se regulen emocionalmente.
Para finalizar, sabemos que estas pautas pueden ayudar a tener más recursos. Además, los pequeños se sentirán más comprendidos por sus padres y pueden servir para fomentar una mayor relación entre padres e hijos.

¡Esperamos que os haya servido!