¿Puede el confinamiento estar teniendo efectos en los niños?
La nueva realidad
La situación que estamos viviendo estos últimos meses no está siendo fácil para nadie. Un virus del que hablaban en la televisión y que se encontraba en China, se ha expandido alrededor de todo el mundo mucho más rápido de lo que todos pensábamos. Y, de un día para otro, nos encontramos con que el presidente del gobierno declaraba el “estado de alarma”, algo que muchos desconocíamos y que quizás nunca habíamos escuchado antes. Pues bien, hemos estado encerrados en nuestras casas durante dos largos meses, ya que el sistema sanitario estaba saturado y la sociedad debía contribuir para que se redujesen los contagios y la situación no empeorase. Parece que lo estamos consiguiendo, poco a poco, gracias al trabajo de todos, tanto de los ciudadanos, como de todos aquellos profesionales que han tenido un contacto más directo con la situación.
Actualmente, y poco a poco, vamos recuperando esa “normalidad”, pues ya podemos salir a las calles a hacer algo de deporte, pasear, ir de bares e incluso a algunas tiendas. Pero, lo cierto es, que pasará mucho tiempo hasta que recuperemos esa normalidad a la que estábamos acostumbrados, o quien sabe, quizás nunca volvamos a recuperarla. Lo que está claro es que la incertidumbre nos acompaña a todos a lo largo de este camino. Y sí, ahora mismo tenemos la sensación de todo esto está siendo algo surrealista, de que no sabemos bien lo que podemos y no podemos hacer de forma legal, y debemos leer decretos que van cambiando cada dos semanas, dependiendo de la fase en la que nos encontremos en cada momento. Debemos adaptarnos a una nueva normalidad que se modifica constantemente. La adaptación, es algo que requiere tiempo y esfuerzo por parte de todos y cada uno de nosotros. Pero, además nos acompaña ese factor de incertidumbre, de no saber por cuánto tiempo tendremos que acostumbrarnos a algo, y al tiempo cambiarlo. Debemos tratar de adaptarnos a estos cambios graduales de forma equilibrada, y eso es lo complicado.
¿Por qué ha podido esto afectar también a los niños?
Todos hemos sido protagonistas en esta dura etapa, en mayor o menor medida, y estos cambios nos han afectado de cierta forma, incluso a los niños, quienes, al estar en pleno proceso de desarrollo, han podido sufrir consecuencias aún mayores. Esto, se debe a que los niños dependen del entorno para aprender, e ir creando situaciones nuevas que regulen tanto sus emociones como su comportamiento.
Este entorno, debe contar con:
· Ciertos hábitos y rutinas que formen situaciones de estabilidad y certeza y contribuyan a su desarrollo saludable.
· Actividad motriz al aire libre, ya que el movimiento es algo imprescindible para su desarrollo.
· La interacción con los iguales, con los que poder jugar e ir creando relaciones y aprendiendo a gestionarlas.
Por ello, no es de extrañar que la primera medida de la desescalada actual haya tenido que ver con las salidas de los niños. Ya que, la relación entre el niño y el entorno es de suma importancia.
¿Qué efectos puede tener el confinamiento en niños?
Los efectos del confinamiento no tienen por qué haber sido los mismos para cada niño. Varían según su edad, el temperamento propio y su capacidad de resiliencia, y las circunstancias propias y familiares en las que se haya encontrado durante el confinamiento, y de la forma que tenga la familia de gestionar la angustia y la incertidumbre.
Es natural que, por lo general, hayan aparecido quejas de aburrimiento, enfados, miedo, angustia, estrés, malestar, dificultades para seguir indicaciones o conductas de oposición, e incluso problemas con la alimentación y el sueño.
Es cierto que, aunque estos sentimientos se consideran negativos, llos conflictos y las emociones desagradables también forman parte de la vida, y es algo natural el poder experimentarlas. Pueden ser una oportunidad de crecimiento personal y desarrollo para aprender a gestionarlas en un futuro. Forman parte de nuestra vida, y podemos lidiar con ellas, ya que nos permiten adaptarnos a la situación.